PAZ EN MEDIO DE LA TORMENTA
PENSADOR
MARIO ANDRES
Nos muestran y enseñan que paz es no estar
en guerra, no tener problemas, que todo a tu alrededor tiene que estar
tranquilo, estable u organizado.
Aprendí
que paz va mucho más allá. Jesús estaba en una barca con sus discípulos y había
una gran tormenta dice la biblia muchas personas toman esta cita bíblica y
explican la autoridad de Jesús que le hablo a los cielos y los mares para que
se tranquilizaran.
Pero
aprendí una cosa maravillosa y es que en medio de esa tormenta Jesús estaba
durmiendo mientras que otros estaban desesperados con miedo a morir el estaba
tranquilo descansando. Eso es paz... estar tranquilo en medio de la tribulación
el Rey David escribió un salmo que dice. En paz me acostara y así mismo dormiré
porque solo tú jehová me hace vivir confiado eso fue escrito cuando era
perseguido y aún en medio de su persecución tuvo paz, esa es La Paz que ofrece
el señor
La
paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe
vuestro corazón, ni tenga miedo.
Juan 14:2
Ninguna
paz se compara a la que es directamente del cielo.
JENNIFER
CAROLINA
Hoy en día la velocidad y disponibilidad de la
información a nivel mundial, puede generarnos la sensación de que vivimos
tiempos de grandes riesgos y conflictos, de hecho, mientras más consumimos este
tipo de información es más común que presentemos aprensión, estrés, angustia y
en general emociones de intranquilidad.
Haciendo un paso veloz por la historia de la humanidad y considerando
que desde nuestros inicios como especie y en mayor proporción con el
crecimiento de los asentamientos humanos eran comunes las guerras y los
conflictos por poder y territorio, no dando pie a treguas o tiempos de paz.
Aunque no lo creamos tenemos el privilegio de vivir en la época más pacifica de
la humanidad, debido a que con la industrialización y el desarrollo de las tecnologías
también se incrementó la negociación, disminuyendo los conflictos bélicos, a
excepción de casos puntuales que aun hoy existen, los últimos 50 años han sido
los más pacíficos de la historia.
Sin embargo, este tiempo por
civilizado, industrial y tecnológico, trae consigo nuevos obstáculos y retos,
además de circunstancias particulares en cada, país, familia, empleo o ámbito
en general de cada uno de nosotros que puede estremecer nuestro equilibrio,
quitándonos así la paz interna y desequilibrándonos por momentos, o por ratos más
largos de lo que nos gustaría vivir.
Honestamente creo que es imposible que
podamos vivir en una paz eterna, sin que nada nos afecte o nos haga querer
salir corriendo de algún lugar o circunstancia, que sintamos que no podemos con
lo que pasa o que simplemente en momentos nos supere el miedo y las emociones
que alteran nuestro equilibrio, a menos que seas un monje budista con
conciencia superior y sin ningún apego. Sin embargo, si eres tan cotidiano como
yo, eso sucede y lo más importante del trance es identificar que te quita la
paz, para quitarle el poder que le estas entregando y conseguir el camino
rápido para lograr el equilibrio, puede ser trillado, sin embargo, puedo decir
que concentrarse en lo pequeño, lo cotidiano, disfrutar lo que no nos cuesta y
ser consciente de que estamos aquí y podemos disfrutar de más, eso trae paz.
Tomar un
baño, caminar, respirar en forma consciente, disfrutar los sabores de tu comida,
disfrutar los colores del amanecer o el atardecer, contemplar la naturaleza,
entre otras cosas, son actividades que a mí en lo particular me conectan con mi
paz interior.
PENSADORA
CARMEN DALIA
VIVIENDO EN MI VERDAD
PAZ EN LA TORMENTA
A una etapa de mi
vida la denomine así: PAZ EN LA TORMENTA.
Un 7 de
agosto de 2014 muy temprano en la mañana en una controvertida conversación con
mi esposo, quizás como siempre, o quizás ese día un poco más odioso que otras;
hablamos del hecho que se sentía muy agotado para ir a trabajar e indispuesto
de salud, este además era un tema redundante, casi hasta el hastío llevaba a
hablar de él.
Durante
años lo trate de convencer que si a él le pasaba algo los único que sufriríamos
seríamos nosotros más sin embargo para él esas palabras no tenían valor, pero
esa mañana tenía un toque diferente, tenía un olor a tristeza y decepción, dijo
que hablaría para no ir porque se sentía cansado e indispuesto, más con
incredulidad e indiferencia hice un gesto de que poco me importaba lo que
hiciera.
Como era
de esperarse en su trabajo que solo sabían explotarlo no le dieron el permiso,
por el contrario, le exigieron la entrega de un equipo para ese día, él en
medio de su malestar acepto porque siempre pesaba más su abnegación y entrega
desmedida por su trabajo. El día si pudiéramos decir paso igual, full de
trabajo, buscando dar respuesta a lo exigido, pero su cuerpo agotado y rendido
quedo atrapado por un brazo en una máquina a causa de una mala praxis debido al
desgaste físico.
Esa noche
una llamada cambiaría todas nuestras vidas, sus hijos y yo velando a la puerta
de un hospital esperando nos informaran como había salido de la amputación del
brazo, para la empresa represento números gastados en sobornos médicos,
medicamentos, alimentación entre otros, para nosotros el desgarre completo
familiar, más en medio de esa gran tormenta que vivíamos sentimos como Dios nos
fortalecía, unidos dimos gracias al Padre porque seguía con vida, teníamos la
esperanza que esa situación por muy dolosa que fuera iba a restaurar la
familia.
Esa Paz
que sobrepasa todo entendimiento nos mantuvo y mantiene en pie hoy día, horas
interminables durante 2 meses en el hospital y sentir que no estábamos solos, cada
día era un milagro, una razón más para estar agradecidos, la confianza plena en que el Plan divino para
nuestras vidas viene lleno de felicidad, amor y paz nos sostuvo y aunque la
familia se deshizo, mis hijos y yo seguimos viendo el inmenso amor de Dios tras
todas las circunstancias por donde nos ha llevado el Señor, su propósito no es
el sufrimiento pero si tomamos decisiones equivocadas el siempre buscará la
manera de contrarrestar los efectos que esa decisión cause.
Por eso, aunque muy oscura este la noche
tengo la certeza plena que yo soy hija de Dios y su amor me sostiene dándome
una paz que sobrepasa todo entendimiento,
cdom.
PENSADOR
LEIBNIS ORLANDO
La vida es un torbellino de pasiones de tormentas que
todos debemos pasar, experimentar, en un mundo hoy día lleno de
tempestades tormentosas, queremos tener una solución de poder tener calma, esa
calma o paz, solo depende de nosotros mismos y únicamente de nuestro ser
interior. Aun cuando el mundo esté hecho pedazos, esa paz la podemos conseguir
con Dios quien nos guiará en medio de la tormenta a conseguirla y esto pasa
principalmente por los pensamientos alojados en nuestra mente, ya que la paz es
un estado muy personal de resultado estar tranquilos con nosotros mismos
eliminando todo pensamiento negativo.
Para obtener un estado de paz en medio
de la tormenta, es importante saber que debemos primeramente tener paz
interior, cada uno de nosotros tendrá su método personal, a través del contacto
con la naturaleza, rezar, la meditación, son métodos eficaces de calmar la
mente y sacar pensamientos negativos, puesto que desintoxicar nuestra mente nos
reconectan con nuestra esencia espiritual, todos somos libres de permitir dejar
entrar pensamientos torturadores que no permitan conseguir la paz, alimentando
una tormenta que no sabríamos cómo salir de ella, pero podemos elegir abrir y
desplegar la paz desde lo más profundo de nosotros, en este momento, es una
decisión muy personal, todos los obstáculos que creemos tropezarnos son solo
excusas, ya que nuestras creencias colocan un muro en la búsqueda de la paz
interior que nos lleva a la deseada paz en cualquier tormenta, y nos hace
entender que estar en paz es ser consciente en cada instante que un mundo mejor
sin tormentas no puede nacer sino de la respuesta mental que tengamos dentro de
cualquier momento tormentoso de manera eficaz, con el corazón, sin tristeza ni
rencor.
Podemos resumir que la tranquilidad la
calma y pensamientos positivos para dejar a un lado las preocupaciones, aunque
sea por un breve momento, tomarse un momento para parar, pensar, meditar, dejar
ir los pensamientos negativos y conseguir la paz.
PENSADOR
HENRY JOSE
Cuantos momentos en la vida donde en medio de situaciones
que muchas veces no sabemos ni cómo reaccionar, nos ha tocado respirar y tratar
de apartar el mar de emociones, personas y cosas involucradas y de ser lo más ecuánimes
posibles para poder interactuar y no reaccionar frente a la tormenta.
Recuerdo como hace aproximadamente más de veinte (20) años se
encontraba en remodelación la casa de mis padres en Los Cortijos (Un poblado en
una zona de campo en Venezuela) y debido a eso estábamos viviendo en casa de mi
hermana Jenny. Eran como las nueve de la noche de un 19 de abril, cuando llego
alguien a la casa a decirnos que mi hermano había tenido un accidente de auto
en la vía intercomunal que conducía a este dicho poblado.
Me levanté de la cama de un solo envión y salí con lo poco
que pude tomar. Al llegar al sitio los policías quienes ya habían llegado al
sitio no me dejaban pasar, pues en sus palabras solo me decían; “No hay nada
que podamos hacer”. Créanme esas palabras fueron puñaladas en mi corazón y yo
solo los empuje y logre pasar, solo para ver lo que mis oídos habían escuchado.
Empezaron a llegar gran cantidad de personas, entre ellas
familiares. Todos me abrazaban, ¿como si yo necesitara ese abrazo?, solo quería
salir corriendo de ese lugar y pensar que todo era una pesadilla. Era la
primera vez que algo así sucedía en nuestro entorno familiar y que me tocara
tan de cerca. En medio de ese torbellino de emociones solo pensaba en como dar
la noticia a la familia y principalmente a mi madre y su esposa.
Camino a casa solo iba orando, pidiéndole a Dios como
siempre, que pusiera palabras de consuelo en mi boca y que fuera lo mas humano
y sensible posible para dar esa noticia tan desafortunada y lamentable frente a
tantas cosas que pasaban en ese momento en nuestra familia,
Como siempre solo respire y en la calma que solo Dios puede
dar vi primeramente a mi madre y solo la mire con los ojos llenos de lagrimas queriendo
reventar pues no podían contener tanta emoción, gire mi cabeza de derecha a
izquierda y ella entendió que la vida de su hijo había llegado a su fin. Desconsolada
la abracé fuerte y le dije madre no estas sola en esto, nos tienes a los cinco
que quedamos y juntos saldremos de todo esto.
Fue un momento muy fuerte en mi vida, pero entendí a partir
de allí que somos vulnerables, que somos humanos sensibles y que frente a la tormenta
solo Dios nos da la fuerza y la paz necesaria para enfrentar cualquier situación
por grande o compleja que esta parezca.
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